Día 1 en San Pedro. Geysers del Tatio y Termas de Puritama.
5 am., listos, abrigados y con las mochilas al hombro
esperando que nos pase a buscar el bus que nos llevará a los Geysers del Tatio.
Ojalá para levantarse ir al colegio hubiera tanto ánimo!! Pasan a recoger a todos los pasajeros a los
lugares de alojamiento, recomendable es estar listos esperando en la puerta, si
se atrasan, se atrasa el viaje y dependiendo del guía, algunos no esperan más
de unos minutos y parten.
El guía da la bienvenida con las indicaciones
generales y se comienza la ruta que sube hasta los 4.300 msnm, en un camino de
90 kms. de curvas y de rápido ascenso que dura poco más de 1 hora y que la oscuridad de la noche invita a dormir para
recuperar en algo el sueño pendiente. Se llega al destino con las primeras luces
del alba, y desde el lugar donde para el bus se pueden divisar los primeros vapores, acá se
cancela la entrada ( $5.000 ext. Y $3.000 Chil.), y se puede pasar al baño.
Luego en el bus se ingresa hasta los sitios de estacionamiento y ya hemos
llegado, a cada minuto aumenta la luz y ya se puede ver el mágico paisaje. En
unos minutos el guía y el chofer preparan en desayuno de pan con queso y jamón,
jugo y el reconfortante té o café que por la temperatura del lugar es muy
agradecido. Las temperaturas pueden llegar hasta -20 °C, por suerte ese día
“sólo” estaba a -9 °C. En 15 minutos
estamos listos para comenzar el recorrido, siguiendo al guía y con una clara
solicitud de seguir las normas de seguridad indicadas ya que el agua y el vapor
brotan violentamente desde el interior de la tierra y puede alcanzar los 85 °C,
por lo que un accidente puede ser grave, y los ha habido.
Estamos a los pies del
volcán Tatio, de ahí su nombre, que significa “abuelo que llora”, porque
dependiendo de la hora y de la luz se puede observar en su ladera, el perfil de un viejo acostado y con
los deshilos parece que llora.
Geysers es un orificio en
el suelo que cada cierto tiempo expulsa en forma violenta agua caliente y
vapor, y esto es porque las aguas subterráneas heladas se encuentran con roca
caliente en el interior de la corteza terrestre. El agua al aumentar su
temperatura rápidamente pierde densidad por lo que se eleva con rapidez y sale por los poros de la roca hasta
formar orificios. Los geisers del Tatio son el campo geotermal más grande del
Hemisferio Sur y el tercero más grande del mundo. Lo que hace que ante nuestros
ojos amanece un paisaje único en el mundo.
Los geysers hay que
visitarlos de madrugada ya que es la hora en la que las fumarolas alcanzan su
mayor altitud. Durante el día siempre están en actividad pero al aumentar la
temperatura ambiente el vapor disminuye.
Para los más aventureros
está la posibilidad de bañarse en una poza termal antes de volver al bus, por
lo que hay que llevar traje de baño y hay camarines para cambiarse. Obviamente
yo no lo hice, si sólo sacarme el guante para sacar fotos era para que se
congelaran los dedos ¡! Muchos lo hacen, el agua tan tan caliente no estaba y
hay que soportar los -9°C antes de entrar y después de salir, el baño dura unos
15 minutos antes que partan los buses. De verdad los que lo hacían, lo
disfrutaban, yo disfrutaba las caras de los valientes que lo disfrutaban.
Una vez terminada la
visita comienza el descenso, ya con la luz del sol se puede apreciar el
paisaje. Se observan las grandes extensiones
con pastizales compuestos por pastos duros, donde se encuentra
principalmente la “paja brava”, principal fuente alimenticia de vicuñas, por lo
que no es raro verlas comiendo a la orilla de los caminos. Esta es una especie
protegida por lo que es frecuente encontrarlas en su hábitat sobre los 3.000 de
altura.
En el camino de regreso
se pasa por el Humedal del Volcán de Putana, que se origína de las aguas que
bajan desde sus laderas, acá se llaman “bofedales” y son zonas planas y húmedas
que dan origen a una gran diversidad de fauna y proveen de agua a animales
mayores como las vicuñas. También se puede observar varias especies de aves
entre los que se encuentran el pato Tagua. Y al fondo para cerrar el horizonte,
el volcán Putana, que es uno de los varios volcanes que están en actividad en
la zona, por lo que es a veces es posible observar sus fumarolas.
B
Bofed
Pa
Continuamos camino y
llegamos al pueblo de Machuca, un caserío con una pequeña y bella iglesia, es
parada de todos los tours, por lo que hay venta de tejidos, y venta de comida
entre las cual es característico empanadas de queso de llama y anticucho de
llama, que es una carne muy rica. Mi hijo (10) se sentía mal, la puna, dolor de
cabeza y mareo. No es recomendable hacer este tour el primer día, y ninguno de
los que suben a gran altura, incluso para un adulto, es bueno dejar un día para
que el cuerpo se acostumbre a la altura, bueno yo no lo hice, y tuvo sus
consecuencias. En Machuca tomamos te de “chachacoma”, hierba del altiplano con
propiedades medicinales y muy buena para la puna, a mi hijo le hizo muy bien.
Iglesia de Machuca |
La parada en Machuca dura
una media hora y se vuelve a San Pedro. El resto del camino es sólo paisaje. A
esta altura el horizonte está muy lejos, todo es inmensidad, aridez,
cordillera, volcanes y sobre todo inmensidad.
Se regresa al SP a medio
día, cerca de las 13:00 hrs, con tiempo para almorzar y tomar otro tour en la
tarde.
A las 14:00 hrs. partimos
a las Termas de Puritama, ubicadas a 60 km de SP y a unos 3.500 msnm, en el
fondo de una quebrada y formadas por el cauce sinuoso del río termal del mismo
nombre, que va formando pozones de poca profundidad y de agua tibia, entre 25°
y 30°. Tiene baños, camarines y senderos de madera lo que permite el fácil desplazamiento
desde una poza a otra. Los buses se estacionan en lo alto de la quebrada y hay
que bajar a pie unos 150 mt. Pasamos una muy entretenida tarde, a las 17:30
cierran y a esa hora ya la temperatura en el altiplano comienza a descender
bruscamente por lo que al salir del agua se siente el cambio de temperatura y
hay que cambiar a los niños muy rápido. Como nosotros fuimos los últimos en
salir del agua, también fuimos casi los últimos en volver al bus, por lo que la
subida tratamos de hacerla algo apurados y a esa altura todos los esfuerzos se
multiplican y fue cansador, una vez más mis niños quedaron con dolor de cabeza,
pero con el descaso del bus y morder hoja de coca se pasó.
Terminamos en día
comiendo una rica pizza y a dormir. Mañana será otro día.
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