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Cementerio de Socoroma. Del mirador de Copaquilla sólo faltan unos 35 km hasta Putre. ya estamos en la precordillera andina, la altura se hace notar, caminar se hace mas pesado, pero nos faltaba un pueblo por conocer antes de llegar a nuestro destino, Socoroma (3.060 msnm), a mi me sonaba mucho por una canción folklórica. Es un pueblo de origen precolombino, pero sus calles muestran la herencia del paso de los españoles por estas tierras. De construcciones coloniales y calles empedradas, que invitan a caminarlo; es pequeño, sólo unas pocas familias vivan aún acá, se ve silencioso, solitario, pintoresco.

Mirando el Valle de Lluta. Para pasar del Valle de Azapa al Valle de Lluta,  tomamos la ruta "intervalles"     Es una ruta interior, de muchas curvas, de gran altura y pendientes pronunciadas, con una gran vista pero de camino angosto, aunque de dos pistas, por lo que yo venía pendiente de no distraer a don Luis, nuestro guía y chofer. Por suerte los camiones pesados no pueden transitar por acá. En la parte más alta de esta cuesta paramos, es un mirador natural desde donde se ve todo en Valle de Lluta, regado por el río del mismo nombre y  donde se  produce principalmente ajos, cebollas, maíz y alfalfa.   El paisaje sigue con cerros grises que caen a un verde valle,  se ve más verde que el Valle de Azapa ya que acá, casi no hay cultivos cubiertos de mallas. Es una parada con una gran vista, pero con muchas recomendaciones de no acercarse a los bordes, ya que no tiene protecciones ni barreras, por lo que hay peligro de caídas, y es una gran altura. 

Vista del Valle de Azapa. Contratamos un tour privado de 4 días y 3 noches alojando en Putre. Encontré que era la mejor opción y la más segura, para conocer la zona con los niños. Nos pasó a buscar al hotel, en Arica, a las 9:30 hrs, don Luis, quien sería nuestro guía y gran compañía durante este nuevo viaje. Y comenzamos el recorrido desde la costa, pasando por valles, desierto y precordillera hasta llegar a Putre, puerta de entrada al Altiplano. Fue un viaje que comenzó a nivel del mar y que nos llevó a 3.700 msnm, de varias paradas, que nos permitieron conocer bellos lugares y ademas nos sirvió para que el cuerpo se vaya adaptando de a poco a la altura. Los primeros kilómetros fueron por el Valle de Azapa, y las verdes y fértiles riberas del río San José.

Vicuñas en el salar de Surire Para nosotros el Altiplano es un super panorama, por que tenemos la seguridad de que veremos animales en estado salvaje y eso a mis hijos, de 11 y 12 años, les encanta, es más, es un requisito importante para que el viaje sea entretenido. Sobre los 4.000 mt de altura se pueden observar vicuñas, viscachas, flamencos y con suerte suris, que son una especie de ñandú del altiplano. Los paisajes son bellos, extensos, se pierde la mirada en la lejanía con ese último volcán, y después de horas de recorrido, llegas a los cerros que veías tan lejos, vuelves a mirar y nuevamente tienes al frente la inmensidad del paisaje, limitado sólo por otras cumbres nevadas a lo lejos, todas con  historias, todas con leyendas de los pueblos ancestrales que han habitado estas tierras.