Trekking al mirador de la base de las Torres del Paine.




Fue nuestro tercer día en Puerto Natales, el primero llegamos, nos instalamos en la hostal y cotizamos en las agencias de viajes del centro de la ciudad. El segundo día hicimos un recorrido general del Parque.
En la agencia nos atendió una venezolana muy amable, me sorprendió que llegara hasta estas frías latitudes desde un país cálido como el suyo. Ella me insistió que la subida era dura, que se requería de buen estado físico, al parecer no me tenía fe, ja ja.   .... y la subida era dura ....

Nos pasaron a recoger temprano a la hostal. Por la costanera nos alejamos de Puerto Natales, y entre pampas, ovejas, guanacos y ñandues hacemos la primera parada en el resguardo fronterizo de Cerro Castillo, donde hay una muy bien abastecida cafetería. El viento y el frío nos recuerda que estamos en el extremo sur del mundo, con bellos y extensos paisajes. 
Resguardo fronterizo cerro castillo.

Al entrar al parque hay que registrar la entrada o comprarla, los que no la tienen, adulto $7.000, adolescentes $3.500 y niños menores de 11 años no pagan. Nosotros habíamos comprado una el día anterior que servía para 3 días. Un guarda parque da las indicaciones de ingreso y proseguimos nuestro camino hasta un estacionamiento desde donde se comienza el trekking, acá también hay una cafetería, es recomendable llevar provisiones, todas las cafeterías al interior del parque son caras.




Es una subida de unas 4 horas, comienza en el hotel de Las Torres , se cruza un puente sobre un riachuelo y  comienza el cerro, en el grupo había gente de todas las edades, por lo que el guía siempre iba al ritmo de los mas atrasados. Se puede observar lagunas y pampas a lo lejos, todos los paisajes son bellos. Hay sendero para personas y otro para caballos, en parte de la ruta es uno solo, aunque solo nos topamos 2 veces con jinetes, pero siempre hay, ya que las provisiones al refugio que está más arriba las llevan a caballo. 
Refugio El Chileno.

Después de unas 2 horas de subida  se llega al refugio El Chileno, donde se puede comprar algo para comer si es que no se ha llevado colación. Acá también es camping y esta muy concurrido, el ambiente es muy entretenido. En todo el trayecto te encuentras con mucha gente, de todas las edades y nacionalidades, no por nada suben diariamente unas 2.000 personas este sendero. En el refugio se descansa y se almuerza lo que cada uno lleva,  también acá quedó casi la mitad del grupo, sólo los más jóvenes siguieron el recorrido. Yo me acordaba de la venezolana que  me atendió en la agencia, tenia razón, yo estaba muerta !!  pero  lo intenté y seguí subiendo después de un reparador descanso.
Desde el refugio el paisaje cambia bastante, aparece el bosque verde y frondoso, en la rivera de una gran quebrada, y al fondo  de esta, muy abajo, se ve el río. En este tramo es de pequeñas subidas y bajadas, lo que lo le agrega mas dificultad. Ayudan mucho los bastones de trekking, nosotros no llevábamos, los niños no necesitaron y a mi, alguien amable me prestó uno de los suyos. caminé una hora más, pero al cansancio se sumaba la presión de  estar atrasando el grupo, ya que el guía siempre acompaña al último, que en este caso era yo !! y paré , le encargue mucho mis hijos al guía, y los dejé seguir el camino, para ellos no fue demasiado esfuerzo esta subida. 


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Al quedarme comencé a disfrutar realmente el paisaje, el día estaba nublado, frío y húmedo, y verde, del verde bosque. Mucha gente subía y bajaba, y yo comencé a bajar con toda calma, disfrutando y fotografiando el paisaje, hasta para abrazar los árboles tuve tiempo. Cuando llegué nuevamente al refugio El Chileno, las personas que venían en mi grupo ya habían bajado; me compré un rico chocolate caliente y junto al río esperé a que volvieran mis hijos. Mientras, me acompañaban varios pajaritos que acostumbrados a los turistas, se acercan con mucha confianza a las mesas en busca de alguna miga. 

Cuando finalmente llegó el grupo que siguió a la base, la alegría de mis niños era evidente, habían logrado la meta. El último tramo después del bosque es de mucha piedra y finalmente se llega al borde de una laguna y de fondo las Torres ....... cuando esta despejado, y ese día no era el caso. Estaba nublado y no se veían !!  Pero la naturaleza es así, fue una gran subida. llegaron felices.
La bajada siempre es mas aliviada, y se disfruta mas el paisaje. Cuando ya estábamos casi llegando al estacionamiento, las esquivas torres se dejaron ver, y pudimos sacar la foto por la que caminamos tantas horas.  Fue un gran día.
Mas fotos las pueden ver en mi Instagram agenciamama

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